¡Hola! Todos los escritores de este blog intentamos ser siempre objetivos, pero honestamente, nadie en nuestro equipo es fanático de los gringos (y no creemos en el término "americanos", siempre los llamamos gringos), hay mucho que hablar acerca del Tratado de Versalles, por eso decidimos dividirlo en más de un artículo, y decidimos dedicar esta primera parte para exponer algo acerca de nuestro desagrado hacia los gringos.
Si algo sabemos acerca del Tratado de Versalles es que fue un total fracaso en todos los sentidos, desde la manutención de la paz hasta la rehabilitación económica, nada funcionó. Y gran parte de este fracaso se debe a la manera en la que el tratado llegó a existir.
Entre 1914 y 1919 se luchó en Europa la Primera Guerra Mundial. En el sentido más básico era Alemania, el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Otomano contra Rusia, Francia e Inglaterra. Antes de 1917, Alemania y sus aliados habían mantenido la ventaja sobre el enemigo, pero a partir de ese mismo año, la guerra dio un giro de 180º grados. Alemania empezó a perder recursos, Rusia abandonó la guerra para concentrarse en su propio conflicto civil, pero dejó el frente oriental de Alemania prácticamente acabado y por el otro lado, los ingleses y los franceses ganaban cada vez más fuerza y la balanza se inclinaba hacía ellos.
Fue entonces cuando Woodrow Wilson, el presidente de los Estados Unidos, tomó una brillante decisión: su país iba a entrar a la guerra para apoyar las fuerzas franco-inglesas. Vamos a dejar algo claro, la gente piensa que Estados Unidos ganó la Primera Guerra Mundial… la realidad es que nadie, repito NADIE los necesitaba para ganar esa guerra. Si, en la Segunda Guerra Mundial su participación fue MUY útil, eso es cierto, pero en este caso los gringos hicieron únicamente lo que mejor saben hacer: meterse donde nadie los llama, en asuntos que no les importan, por razones que a nadie benefician más que a ellos.
En fin, volviendo al tema; Francia, Inglaterra y Estados Unidos ganan la guerra y se juntan con otros líderes en el Palacio de Versalles para discutir cuáles serían las sanciones que se le impondrían a los perdedores. Se crea el Tratado de Versalles, un documento que responde a las demandas de los ingleses, franceses y gringos. El documento establece la creación de una organización internacional llamada la "Liga de las Naciones" hecha para resolver conflictos entre países, así como la exhorbitante cantidad de dinero que Alemania tiene que pagar como reparaciones por la guerra, entre otras cosas.
Hasta ahí todo suena bien, los malos pagan y hacemos un club para hablar de nuestros problemas. El problema aparece cuando nos damos cuenta de que parte de las reparaciones que tiene que pagar Alemania son para Estados Unidos, mismo país que decide no participar en la Liga de las Naciones. Ahí las cosas dejan de ser simples, porque Estados Unidos ni merece el dinero alemán ni tiene porque estar exento de participar en el único organismo internacional que puede juzgarlo y obligarlo a cambiar su política exterior. Curiosamente entonces, Estados Unidos se presenta como el país más inútil en lo que a la guerra se refiere, el que menos bajas tuvo y el más beneficiado por el tratado, y para añadirle a eso, cabe aclarar que el autor del tratado fue ni más ni menos que el mismísimo Woodrow Wilson.
El Tratado de Versalles falló porque desde un principio estaba diseñado por un americano que no pretendía más que dañar a otros y beneficiarse a si mismo. ¿Se mostró inteligente el señor Wilson? Quien sabe, posiblemente no jugó su mejor carta, ya que tuvo que pagar el precio muy caro cuando el Tratado de Versalles acabo en la Segunda Guerra Mundial.
N.C.B.
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